26 junio, 2009 - COMISION DE GESTION JUDICIAL

Destacan avances en la cultura del cambio

La Comisión de Elaboración de Modelo de Oficina Judicial para el fuero civil –cuyo objetivo es optimizar la función tribunalicia- elevó al STJ un informe de avance, en el que se resalta la recepción de magistrados, funcionarios y agentes judiciales, y permite afirmar que se ha instalado en los integrantes del Poder Judicial la “cultura del cambio”.

Esta estructura administrativa ad-honorem del Superior Tribunal de Justicia apunta a generar un programa de control de gestión para optimizar la función tribunalicia. Con ese fin, las integrantes de la unidad responsable del proyecto, doctoras Maria Mercedes Sosa, Selva Spessot, Maria Eugenia Sierra de Desimoni, Alina Montorfano de Durand de Cassis y Rosario Adano de Ferro, están próximas a culminar la etapa de relevamiento de datos y se aprestan a elaborar las conclusiones que darán sustento a la propuesta final.

Entre tanto, desde el inicio del año se están realizando en todas las circunscripciones talleres de capacitación, mediante la coordinación de actividades con el Área de Capacitación, que en base a la activa participación de magistrados, funcionarios y agentes judiciales permitirán a la Comisión diagnosticar las fortalezas y debilidades de las actuales oficinas judiciales.

Los agentes y funcionarios se muestran contentos de ser consultados sobre la forma en que trabajan y las propuestas que desean formular, señaló la doctora María Eugenia Sierra de Desimoni.

La magistrada sostuvo que “hay que apoyar los esfuerzos de los empleados judiciales” y “lograr consenso y compromiso que permitan cambios en la forma de trabajar”. “Creo que el informe de avance presentado ante los ministros del Superior Tribunal de Justicia refleja que se ha instalado la Cultura del Cambio”. Explicó que ese cambio se refiere al modo de trabajar en una cultura de la organización corporativa no tradicional, respetando el principio institucional de independencia de poder”.

¿Cómo lograr esto? Desimoni –al igual que las restantes integrantes de la Comisión- entiende que para poner en práctica un cambio constructivo se debe empezar por fijar una orientación: elaborar una visión de futuro junto con las estrategias que permitan introducir los cambios necesarios para alcanzar esa visión.

En ese sentido, explicó que la actividad ideada para comunicar el nuevo modelo a todas las personas fueron los talleres y las entrevistas personales. “Es mediante éstos que la Comisión comunicó la nueva orientación, para que magistrados, funcionarios y agentes judiciales comprendan la visión y se comprometan a alcanzarla”. “El cambio funciona de esa manera: se empieza por lograr que la gente incorpore una nueva visión de la organización y en virtud de eso, cambien sus actitudes” añadió.

Relató además que se trata del primer caso de reformas macro estructurales en el país. “Esta Reforma de Gestión Judicial, con estas particulares características, es la primera que se lleva a cabo en el país, porque se efectúa con el consenso de magistrados, funcionarios y empleados que participan en el aporte de iniciativas para mejorar la gestión”.

Logros concretos

Desimoni afirmó que los integrantes del Poder Judicial creen y se comprometen con este programa de cambio porque “observan conductas, acciones y resultados que los lleva a concluir en que el programa puede funcionar”. Un logro concreto en lo que hace a cuestiones operativas fue propuesto por la doctora María Mercedes Sosa respecto a excluir la firma del Actuario en las constancias de incluido en la notificación ministerio legis, lo que fue receptado por el Superior Tribunal en Ac. 17/09.

Otras iniciativas surgidas de los Talleres y que comenzaron a debatirse entre todos los participantes son la confección de cheques judiciales, trámite de archivo, manuales de gestión y solicitud de material de consulta desde el interior de la provincia.

A modo de conclusión, la Comisión considera que se ha logrado establecer un “espacio” para el diálogo, donde hablar de los problemas, se comparten y transmiten experiencias, existe una sensibilización, es decir, conciencia de la necesidad de mejorar. También se detectan áreas problemáticas, en el sentido de que se realizan prácticas que deben ser compatibilizadas con la tecnología (TICs), y además los asistentes a los talleres están trabajando en propuestas superadoras con un enfoque operativo.