El Juzgado Civil y Comercial de Curuzú Cuatiá condenó a un jugador y extendió en forma solidaria la responsabilidad a la Asociación de Veteranos de Futbol de esa ciudad, por la agresión que el primero ocasionó al árbitro en un partido disputado entre el Club Veteranos de Belgrano y Atlético Sarandí.
El Juzgado Civil, Comercial, del Menor, Familia y Contencioso Administrativo de Curuzú Cuatiá hizo lugar a la demanda presentada por un árbitro lesionado en un partido de fútbol y condenó al jugador agresor y a la “Asociación de Veteranos de Fútbol de Curuzú Cuatiá” (AVEFUC), a abonarle la suma de $ 26.710 en concepto de lucro cesante y daño moral.
Los hechos se produjeron el 28 de noviembre de 2010 cuando, en ocasión de disputarse un partido de fútbol entre el Club Veteranos de Belgrano y Atlético Sarandí, en el segundo tiempo el árbitro amonestó por segunda vez a un jugador de Veteranos de Belgrano, expulsándolo del campo de juego. El jugador le propinó un golpe de puño en la cara, quebrándole el tabique nasal. El hombre radicó la denuncia en la comisaría y luego quedó internado para una intervención reparadora, tras la cual le colocaron un yeso y debió hacer reposo absoluto por al menos 30 días. Ello provocó su ausencia en las canchas para dirigir el Torneo Argentino “C”. La denuncia del árbitro alcanzó al supuesto presidente del Club Veteranos Belgrano, al presidente de la AVEFUCC; y al jugador de Veteranos de Belgrano que lo agredió.
Estando probados los hechos, la doctora Teresa del Niño Jesús Oria procedió a analizar las excepciones de falta de legitimación pasiva presentadas por los demandados.
Además, añadió que la AVEFUC debía responder ante el árbitro como responsable directo “por haberlo contratado para desempeñarse en dicho encuentro: se trataría de una responsabilidad contractual”. “Es evidente que el organizador de evento queda comprendido en la expresión genérica de “entidades o asociaciones participantes”, ya que desde luego la liga organizadora y fiscalizadora del torneo reviste ese carácter, siendo por tanto su participación necesaria”.
En el caso del jugador, él mismo al contestar esta demanda reconoció haber agredido al árbitro introduciendo diversas excusas que a su entender “justificarían” su accionar. “Pero pretender justificar un acto de violencia tal contra el árbitro del encuentro, teniendo principalmente en cuenta la gravedad no sólo de la lesión ocasionada, sino también las consecuencias altamente negativas y disvaliosas para nuestra sociedad, que una vez más es protagonista de un hecho de violencia en el deporte, es inaceptable”.
Finalmente, la condena al jugador fue extendida a la AVEFUC y se los obligó al pago de $ 26.710 en concepto de lucro cesante y daño moral.