El titular del STJ, doctor Luis Eduardo Rey Vázquez, y el ministro doctor Fernando Augusto Niz, participaron de la presentación de la encíclica del Papa Francisco “Fratelli Tutti”sobre la fraternidad y la amistad social realizada en el recinto de la Legislatura provincial.
La actividad, realizada el martes por la tarde en la Legislatura de Corrientes, estuvo organizada por la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz y destinada especialmente a los integrantes de los poderes provinciales y municipales.
En representación del Poder Judicial asistieron –de modo virtual- el presidente de la Corte Provincial, doctor Luis Eduardo Rey Vázquez; y –de modo presencial- el ministro doctor Fernando Augusto Niz.
El doctor Pedro Cassani, presidente de la Cámara de Diputados, agradeció a Fray Jose Adolfo Larregain el hecho de que la Arquidiócesis de Corrientes, a cargo del Monseñor Andrés Stanovnik, hubiera elegido ese espacio para la presentación de la encíclica papal.
Las cuestiones sobre la fraternidad son tópicos sobre los que la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz trabaja de manera permanente y en ese sentido se consideró que este documento papal de era de sumo interés para quienes sirven al pueblo a través de la acción política.
Se rescató el mensaje del Papa Francisco al decir que “(…) Nadie pelea la vida aisladamente” y que en los tiempos que atravesamos “es fundamental detenerse a pensar como construir en forma conjunta”.
Fray Jose Adolfo Larregain fue analizando y detallando los aspectos centrales del documento que consta de 8 capítulos: Las sombras de un mundo cerrado; Un extraño en el camino; Pensar y gestar un mundo abierto; Un corazón abierto al mundo entero; La mejor política; Diálogo y amistad social; Caminos de reencuentro; y Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo.
En esta encíclica, el Papa Francisco se inspira en San Francisco de Asis: “(…) una propuesta de vida con sabor a Evangelio”, en la idea de “amar al otro como hermano, sin distancias”.
El Pontífice había indicado al momento de firmar el documento el 3 de octubre de 2020, que esta encíclica era “un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”.
Y que al momento de la redacción irrumpió la pandemia de Covid-19 “que dejó al descubierto nuestras falsas seguridades. Más allá de las diversas respuestas que dieron los distintos países, se evidenció la incapacidad de actuar conjuntamente”.
A pesar de una hiper-conexión, el Papa Franciso apuntó a la existencia de una fragmentación “que volvía más difícil resolver los problemas que nos afectan a todos. Si alguien cree que sólo se trataba de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y las reglas ya existentes, está negando la realidad”.
La Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz enfatizó que “Fratelli Tutti” era “un instrumento e inspiración para reflexión” y “cuando hay cordialidad en el corazón, podemos tratarnos y amar con un amor sin fronteras y se es capaz de superar todas las disputas”.
Fray Larregain recordó que “Fratelli Tutti” recuperaba el carácter luminoso de la fé y que si bien el Pontífice partía de convicciones cristianas, el diálogo estaba abierto a todas las personas de buena voluntad.