El rechazo lleva la firma de los doctores Guillermo Horacio Semhan, Alejandro Alberto Chain y Fernando Augusto Niz, quienes señalaron que el escrito recursivo de la defensa no cumplía con la obligatoriedad de demostrar por qué el pronunciamiento impugnado ocasionaba un gravamen personal. 

Agregaron que sólo se limitaba únicamente a manifestar que se afectaron garantías constitucionales del derecho de defensa y del debido proceso, reeditando los agravios expuestos en la casación. Por lo tanto, el escrito constituía una mera discrepancia por el resultado adverso y fue rechazado.