El lenguaje acompaña a la humanidad desde siempre, y ha evolucionado y adaptado a los cambios más radicales que puedan imaginarse. En ese sentido, la ciencia jurídica en general y el derecho penal en particular, tienen que emplear voces apropiadas que permitan la correspondencia semiótica y semántica de los términos enunciados en los preceptos legales. […]