El reconocido magíster en Derecho y Magistratura Judicial, doctor Nicolás Ceballos, coordina el curso de “Litigación Oral Penal en el nuevo Código Procesal Penal de Corrientes” y mantuvo una breve charla con la Oficina de Prensa del Ministerio Público.
El doctor Nicolás Ramón Ceballos es magíster en Derecho y Magistratura Judicial de la Universidad Austral. Escribió, en coautoría con el doctor Roberto Daray, el “Código Procesal Penal de la Nación (ley 27.063) Comentado”. Es docente de grado y posgrado en la Universidad de San Isidro “Dr. Plácido Marín” (USI) y otras casas de estudios.
Fue presidente (2017-2019) y vicepresidente (2019-2020) del Colegio de Magistrados y Funcionarios de San Isidro.
Desde 2009, es juez de Garantías n.° 6 de San Isidro, con sede en Pilar, designado por el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires y recientemente estuvo en Corrientes como coordinador del curso “Litigación Oral Penal en el nuevo Código Procesal Penal de Corrientes”, organizado por la Fiscalía General y la USI. Lo acompañaron los doctores Sandro Abraldes y Mariana Maldonado, también funcionarios judiciales y de reconocida trayectoria en esta materia.
-Al iniciar el curso de Litigación Oral Penal en el nuevo Código Procesal Penal de Corrientes les dijo a los asistentes (todos funcionarios judiciales) acerca de la importancia de sacarse lo que traen y de salir de la zona de confort para poder aplicar el nuevo paradigma procesal. ¿Cuál es el mayor desafío que tienen los operadores judiciales para hacerlo, después de tantos años de método inquisitivo y mixto?
-Buscar que la práctica no los lleve a desnaturalizar lo que el Código pretende. Es decir, pensar que lo que siempre se hizo está bien y por ende tratar de llevar lo que siempre se hizo al nuevo modelo. Si no buscar aquello que sirve, sin dudas, de lo que siempre se hizo bien pero en función de esta nueva lógica del sistema acusatorio, con preponderancia en las partes, en la imparcialidad del juez. Es decir, buscar que renazca esa zona de confort, en un sentido constitucional y convencional, acorde a un sistema acusatorio.
-También dijo en que en casos de conmoción pública, los fiscales serán siempre quienes tendrán que hablar sobre los casos y “los que deben salir en la foto”, y el doctor Sandro Abraldes aseguró que con este nuevo código se terminaron los fiscales de escritorio. ¿Qué perfil es el indicado para un fiscal que aplica el sistema adversarial?
-El fiscal pasa a tomar mayor protagonismo, obviamente porque es el que impulsa la acción penal, es el que va a desarrollar la investigación, en él puede pensar el éxito de esa investigación, en él puede pesar el éxito de una buena acusación. Entonces, tiene esa carga y esa responsabilidad que antes reposaba en la figura del juez de instrucción. Ahora es el fiscal el que se ocupa de armar la estrategia en función del caso. Y en esa idea, la comunicación a la sociedad de lo que está pasando en determinados casos, creo yo es que la relación entre la prensa y el fiscal va a tener que ser aceitada y muy fluida. Hay modelos donde esa comunicación descansa en la figura de un vocero del ministerio público. Eso me parece bien y es algo saludable, sobre todo para cuestiones institucionales. Ahora, en cada caso, en cada situación, va a ser el fiscal el que mejor diga con qué evidencias cuenta, hasta dónde puede decir para no entorpecer la investigación, pero siempre dando información. La información no es solamente un capricho de la prensa, tiene un valor constitucional que la sociedad tiene que saber y el fiscal debe informar. El único límite es que la investigación no se frustre, pero la información tiene que estar. Y seguro que de la mano de un fiscal, y de primera mano, esa información va a ser más nutritiva si se produce en esa línea directa.
-¿Y funcionalmente, en lo jurídico, qué habilidades no deben faltar en el fiscal?
-Claro, tiene que tener una habilidad específica en técnicas de litigación, que es lo que estamos viendo con este curso. Que no todos los casos tienen, sí o sí, una respuesta en una pena, sino que puede haber salidas alternativas. Diferencias qué casos pueden tener salidas alternativas mediante reglas de disponibilidad de la acción, acuerdos conciliatorios, o reparación, o mediación. Buscar qué casos deben ir a un acuerdo pleno, conocido como juicio abreviado y qué casos yo llevo, realmente, a juicio. Es decir, buscar, que desde el inicio al fin del proceso el fiscal va gestionando recursos de alguna manera y gestionando los casos que tiene en su universo de concentración, para ir depurando, en el sentido de llegar a aquello que realmente interese y donde quiere fortalecer sus esfuerzos para lograr un verdadero éxito.
Esto no significa que digo ‘bueno, como tengo mucho trabajo, me voy a dedicar solo a este caso. No. Significa que en todo ese abanico tengo una estructura y una gestión necesaria para poder ir generando que cada caso tenga su solución, en función de lo que el Código establece.
-¿La defensa pública también tiene mucho por readecuar?
-Sí, la defensa va tomar un rol que quizá el sistema mixto no espera. Es un rol que tal vez antes estaba más a la espera de ver cuál era la primera jugada del juez de instrucción, para después actuar. Acá no, es una defensa que está informada desde el inicio de cómo continúa el trámite de la investigación, que puede tener un legajo propio, que puede investigar, que puede averiguar y proponer pruebas, que puede participar y, sobre todo, que se tiene que preparar en una audiencia. Y acá aparece un lugar fundamental que mencionamos en el curso: es donde la defensa técnica la muestra a su asistido el verdadero rol que está cumpliendo en una audiencia y sin dudas que sin dudas va a ser el primer auditor. Su cliente, si es una abogado de la matrícula.
Va a estar ahí auditando lo que está proponiendo, la verdad de su caso, su teoría del caso. Incluso, hasta podría darse la situación de que alguna información pendiente o controvertida o no muy clara que se dé en la audiencia, él se la pueda volcar a su defensor y finalmente aclararse. Cosa que antes, con el sistema escrito, por lo menos en la etapa preliminar, no sucedía.
-La doctora Mariana Maldonado introdujo una figura muy interesante: que la litigación es como un ejercicio, como ir al gimnasio. ¿Qué rutina recomienda usted a los funcionarios para “estar en forma” en este sentido?
-Primero la formación con capacitación. Conocer de qué estamos hablando cuando hablamos de técnicas de litigación, de examen y contraexamen en materia de testigos, de esa formación. Que incluso hoy hay mucha bibliografía, actualizaciones a través de videotecas. Hay información disponible sobre técnicas de litigación. Una vez que conocemos esas técnicas, practicarlas, llevarlas a las audiencias, tener espacios donde encontrarme con colegas, sobre todo si somos fiscales, nos juntamos entre fiscales, o con defensores si hay buena sintonía. Practicar esas técnicas de litigación, buscar siempre mejorarse a través de ese ejercicio que estamos diciendo.
En la previa, por ejemplo, un buen ejercicio puede ser algún tipo de focus group entre grupos de fiscales, porque ya los fiscales no actúan cada uno por su lado y punto. Es un ministerio público fiscal organizado y en esa idea, yo podría bien juntarme con un colega y decirle ‘mirá, tengo un caso así y asado, ¿vos qué opinás? Voy a formular esta imputación, tengo pensado esta teoría del caso, tengo un testigo que me a decir esto, ¿me ayudás? ¿Vos qué le contestarías? ¿Qué puedo preguntar?’. Me parece que esa idea puede generar ese ejercicio que Mariana decía.
-¿Considera que ante el cambio de paradigma es el ministerio público el que tiene por delante el mayor desafío? ¿O es todo el servicio de justicia?
-Es de todo el servicio de justicia. Creo que los jueces de garantías podrían, y lo charlamos en el curso, con una mala decisión, con una práctica inquisitiva, que no esté a la altura de un sistema acusatorio, generar una jurisprudencia que altere el normal desarrollo del fiscal, en un término de un ministerio público fiscal centrado en el sistema acusatorio. Hasta incluso podría alterar la estrategia de la defensa. Entonces, es todo el servicio que tiene que estar adecuado y pensando y reflexionado en este nuevo paradigma, que es sin dudas un cambio radical.
Estuvieron presentes el jefe y subjefe de la fuerza, comisarios generales Miguel Ángel Leguizamón y Walter Aceval, y el cuerpo de relatoras penales de la Fiscalía General. Se les anticipó que se protocolizará la recolección y gestión de evidencias.
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