El Juzgado de Paz de Mburucuyá trasladó a una mujer de 88 años al Hogar de Ancianos como medida protectoria para su protección y seguridad tras detectar que los familiares que cobraban y administraban su jubilación no la cuidaban. Vivía en una precaria casilla, no recibía controles médicos, tomaron un crédito en su nombre y hasta un sobrino contrajo matrimonio con ella para recibir una pensión.